Morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres. Creo que tu instinto de protección era el que le indicaba a tu mano darle un click a la flecha y avanzar en el Playlist. Ello, para no escuchar esas canciones que vienen cargadas de recuerdos. “Yo no quiero que viajes al pasado y vuelvas del mercado con ganas de llorar… Hay una canción que quiero dedicarte pero aún no es tiempo”.
El sábado no pudiste hacer click en la persona que estaba cantando en el PianoBar Luna. No pudiste decirle “ala porfa, canta otra”. Ahi estaba esa canción, interpretada por un pobre diablo que sólo escupia líneas al aire y tu, envuelta en una conversación a la que casi no le ponías atención.
Tu mejor amiga discutía algo sobre unos premios y un proyecto que prepara para participar en el certamen publicitario. Quisiste desconectarte. Sumergirte en la botella de Gallo que sostenía tu mano derecha o ponerle Mute al bar. La siguiente reacción fue hacerte la fuerte. Interesarte en lo que ella estaba contando y asentir para simular la abstracción mental.
Inevitable. “Porque el amor cuando no muere mata porque amores que matan nunca mueren”.
Cuando iba por la mitad de la canción, todo cambió. Se volvió ajena a ti.
Las imágenes que la carpeta de recuerdos mostraba se veían tan lejanas. Parecía que alguien más habia vivido esos momentos mágicos, esas bromas cariñosas, esos besos y esas conversaciones sostenidas con la mirada.
Transformación. Ese amor se transformó en un cariño a secas. Ahora es ajeno. Distante y escondido entre capas de indiferencia. Lleva una sonrisa distinta o transformada por el paso del tiempo. Un par de extranjeros que se cruzan en los pasillos. Eso son.
Sin embargo, los sentimientos te traicionaron y tu amiga se percató del mood nostálgico. Enfrentarte de nuevo a esas líneas no fue fácil pero sobreviviste. Las aguas se calmaron y destaparon una nueva botella de cerveza. Pero no fue para llorar amargamente porque el corazón estuviera hecho pedazos. Al contrario, brindaron porque los recuerdos ya no duelen tanto. La página, que antes se titulaba Nosotros, fue cambiada por una nueva que apenas empieza a escribirse.
Quizá Contigo regrese en un futuro pero acompañada de un amor que no muera.
Lucía León
Escritora, poeta, comunicación
19 dias y 500 noches
Y sin embargo…
Y nos dieron las diez
COmo un explorador.
Me encantan!!!
¿hacemos cambio?
Salu´! Otra ronda pue!! A la prox hacemos em respectivo brindis… =D
Un abrazo!
Cabal, revivir los recuerdos… Lo bueno es cuando los recuerdos son alegres y especiales,
En cuáles canciones pensaste, si se puede saber..? 🙂 saludos
y cuando se oyen esas canciones prácticamente se viven los recuerdos, se sienten las emociones y se discuten las decisiones tomadas.
Me hiciste pensar en muchas canciones de Joaquin.
Que traigan a los mariachis, porque quisiera brindar contigo Lucía. Que chilero te quedó esta onda.