Las paredes descascaradas que sostienen el apenas legible cartel son la frontera entre la realidad convulsionada y ese placer fugaz que cuesta Q60 en Happy Hour.
Revistas, fruta, celulares ¨Qué va a llevar reyna, qué le damos¨…Las ventas ambulantes se derriten bajo el sol abrasador del medio día del trabajador_consumidor.
Todo ello queda atrás para dejarse atrapar por las habitaciones impregnadas con el aroma del amor, mezclado con una de esas lociones que atraen a la persona amada.
El escondite perfecto para escapar de este laberinto cotidiano.
Algunas moscas y hormigas se excusan y salen del cuarto para no interrumpir a los nuevos inquilinos, quienes batallan entre las sábanas desgastadas por el uso continuo.
La pareja de turno no pierde el tiempo en besos y caricias…
Total, eso es para los enamorados.
El Happy Hour llega a su fin, la transacción ha sido completada.
Ella sale de primero hacia el torrente de potenciales clientes y él… él se dirige hacia el trabajo porque la hora de almuerzo también ha terminado.
Hotel con M
Hotel con M…