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cultura
Ensayo
sobre Crónicas para sentimentales, de Jacinta Escudos
Sobre
la individualidad se erige nuestra propia república. Las fronteras son
delimitadas por la conciencia y los rastros sentimentales que la sociedad
moderna arrincona en los departamentos. La soledad pareciera ser la única
compañera de los personajes retratados en el libro Crónicas para sentimentales
(2010) de la escritora salvadoreña Jacinta Escudos. Los relatos hilan una
colección de situaciones en las que se percibe el desgano de vivir, la rutina y
los miedos de los hombres y mujeres del último siglo. También resaltan los
diversos recursos literarios que entremezclan figuras poéticas, el uso de
diferentes narradores y la ruptura de reglas gramaticales tales como la
ausencia de puntos o mayúsculas.

Un
epígrafe que corresponde a la canción Dos
caras de amor
de Los Moonlights le da la bienvenida a quien empieza la
lectura. Queda en mi mente la tonada al ritmo de una banda uruguaya que canta: “Dos
caras de amor tengo yo / De alegría y de dolor / Para reír y llorar” (Escudos,
2010. p.7) Esa es la antesala para nueve historias que más se acercan a la
tristeza que a la alegría plena del amor. La mayoría de los personajes navega
entre las fronteras de la socialización y se aferra a la individualidad.

En
el primer cuento titulado ¿En qué libro
guardé tus cabellos, Elsa Kuriaki?
, un narrador en primera persona comparte
las interioridades de su vida solitaria y el asombro ante la posibilidad de
reconocerse como alguien capaz de enamorarse. El personaje también expone el
miedo que conlleva la fragilidad de exponerle a Elsa sus sentimientos y caer de
nuevo en la vulnerabilidad. Fue tal la emoción por sentirse frente a frente al
amor, que el protagonista sucumbe a un exceso de emociones que su organismo no
es capaz de soportar. Se resetea, tal y como si fuera un sistema operativo que
debe reiniciarse y pierde la memoria.

En Lecturas para misántropos modernos se
presentan tres relatos breves sobre mujeres que se sienten aversión al trato
con las personas. Por ejemplo, la voz narradora de puertas asegura realizar cosas útiles porque lee mucho, sale a
hacer la compra, arregla la casa y no se mete con nadie. Tanto ella como la
protagonista de T.V. se duermen
acompañadas por el televisor y meditan sobre la muerte. En los siguientes
fragmentos se pueden apreciar este tipo de reflexiones:
“y
si esa bolsa me matara, la verdad es que me estaría haciendo un gran favor” (Escudos,
2010. p.30).
Lo curioso es que aunque viven encerradas en su metro cuadrado, también son quienes se atreven a cuestionar elementos fundamentales en los que quizá la mayoría de personas no se detienen a reflexionar por estar pendientes de sus ocupaciones diarias:

“a
veces me despierto en la oscuridad de la noche, y no sé por qué me pongo a
pensar en la muerte y pienso tanto y tan intensamente en ello que siento algo
más que miedo, algo mucho más fuerte que el miedo, algo para lo que aún no
inventan una palabra, un algo terrible en el pecho y el cuerpo entero”. (Escudos,
2010. p. 41)

Hay
relatos como Novela de amor pakistaní
en los que la estructura narrativa se intercala con recursos poéticos. El
cuento se desarrolla entre los monólogos de Valkiria y algunos diálogos que
intercambia con un productor español. De acuerdo con Fuentes, la autora
evidencia su interés por la experimentación, con gusto por el texto
hiperrealista, pero también por el relato de tintes poéticos (2013, p. 75). A
continuación se ejemplifica este estilo narrativo:
“tu,
allá arriba, tomándote un whisky, con tus anteojos oscuros colgando de tu
cuello por una cadenita, para tenerlos a mano cuando el brillo del sol que se
refleja en las nubes haga destellos contra el metal del ala del avión y contra
el plástico de la ventanilla por la cual te asomas / ese calor, ese whisky en
la mano, las nubes como un paraíso de algodón / salir por la ventana y caminar
sobre las nubes, a través de ellas, dormir y taparte con ellas, descasar sobre
ellas, descalzo… (Escudos, 2010 p. 50).

Las
crónicas continúan con Nights in Tunisia,
una historia lineal contada en tercera persona y ambientada en Nueva York. La
búsqueda de la ternura se mantiene aunque los escenarios cambien y ahora nos
encontremos en un club que está a reventar y donde Nausicaa es una intérprete
de jazz. Somos testigos de la historia de amor inconclusa con Desiderius, la
persistencia de Nausicaa por buscar la aceptación y sentirse amada. La búsqueda
del amor también es el motor en Relato
Judicial
, una historia contada por un narrador en tercera persona cuya voz
es interrumpida por los pensamientos de una periodista que se enamora de un
presunto criminal. Todo sucede en pocos minutos y en cuestión de un intenso
intercambio de miradas.

En
una entrevista publicada en la revista virtual Aurora Boreal, la escritora explica que su objetivo fue cuestionar
los roles impuestos por la sociedad y los ideales del ser humano contemporáneo
que se ahoga todos los días en una enajenación cotidiana (Ritter, S.F). En Palabras Blandas, Materia Negra y Crónicas para
sentimentales
se percibe ese cansancio interior que se refleja en
relaciones inestables e incluso el rechazo a embarcarse de nuevo en una
relación.

La
carga sentimental se acumula en la garganta al llegar a la última página. No es
difícil sentir empatía por los personajes que vagan en cada crónica porque la
lectura de estos relatos implica un llamado a la sensibilidad y a reflexionar
en el desasosiego interior que el ritmo de vida moderno puede ocasionar. Cuando
la desilusión es muy grande suele surgir esa inmensa pereza de volver a amar
que se menciona en Crónicas para
sentimentales
. El desgano aumenta de manera progresiva hasta convertir a
las personas en ermitaños modernos o autómatas que no viven de manera
auténtica.

El libro
es un novenario a la desesperanza pero me niego a creer que todo está determinado al fracaso.
Nunca es tarde para reducir la misantropía. Tenemos derecho a momentos de
felicidad, tal y como la saborea el personaje de la primera historia por unos
cuantos segundos. La derrota sería abandonarnos y caer al viento como el clavel
que deja una estela roja en su caída desde el noveno piso.
Bibliografía
·        
Escudos, Jacinta (2010). Crónicas para
sentimentales. Guatemala. F&G Editores.
·        
Fuentes, Moises Elías. (2013). Nueva
Narrativa centroamericana: breve panorama II. Casa del tiempo. Recuperado de:
http://www.uam.mx/difusion/casadeltiempo/74_75_vi_dic_ene_2014/casa_del_tiempo_eIV_num_74_75_74_77.pdf
·        
Ritter, Luis Pulido.  (Sin fecha). Entrevista a Jacinta Escudos, Una
trampa feliz. Dinamarca. Recuperado de:
http://www.auroraboreal.net/actualidad/entrevistas/1471-una-trampa-feliz


Un verdadero artista responde cada noche a su vocación cuando durante el día se ve obligado a trabajar para sobrevivir. Lo demás son pretextos. Eso aprendí durante la entrevista/conversación con Javier Payeras.  Una de esas charlas que te alimentan e inspiran. El artículo y las fotos fueron publicadas en la revista Avant, en febrero de 2013. Se las comparto a continuación.

«Hay días en los que el mundo se viene encima y las tragedias se cuentan por decenas. Los periódicos son el registro del desencanto. Las ganas de salir corriendo aumentan mientras que la confianza se agota. Justo cuando todo parece irse a pique, hay quienes escogen por apostarle a un estilo de vida menos derrotista. Ese es el caso de Javier Payeras, quien ha optado por pelear contra el desaliento. El campo de batalla se libra desde la literatura y la gestión cultural. Quizá para la mayoría de personas, esa lucha parezca ser una causa inútil. 
Pero también se vale creer que la esperanza es lo último que se pierde. Durante una entrevista en un café ubicado a las inmediaciones del Centro Histórico, Payeras prefiere aferrarse a la posibilidad de ser un tragaluz en esta cotidianidad capitalina al citar a Woody Allen y creer que no todo el mundo se corrompe, pues hay que tenerle fe a la humanidad».

«Tantas cosas pasan bajo este cielo 
y el futuro es otro lugar que no conocemos» 
Pedro Chavajay


Los poemas de Sin Mañana son un encuentro al unísono entre el pasado, el presente y el futuro. La típica urbe es cambiada por el paisaje del lago de Atitlán, en donde el poeta Tz´utujil nos invita a hacer un viaje que no tiene retorno.




Conocí a Pedro Chavajay en la efervescencia de una lectura de poesía, en el marco del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango 2012. El bar estaba lleno y desde una pequeña sala se escuchaba la lectura, los comentarios de Javier Payeras y la música con poco volumen. Recuerdo que el poema que llamó mi atención fue uno en el que describía un nostálgico momento en las orillas del lago de Atitlán:


«Hemos llegado a este momento 
sin mañana triste
con otros cuerpos que nos han sido ajenos
dejaremos los mitos en estas tierras

tantas cosas pasan bajo este cielo 
y el futuro es otro lugar que no conocemos

nos desapareceremos en las perspectivas de las luces 
que cuelgan en las aldeas distantes 
como hombres suicidas
uniéndose a la mafia
escapándose
antes de que caigan 
los primeros rayos del alba
y consuman este paraíso construido»


Después del festival tuve la oportunidad de pasar unos días en San Pedro la Laguna, que es donde Pedro creció. Poco a poco leí sus poemas y hoy decidí escribir un post para materializar de alguna forma el comentario sobre el libro Sin Mañana, publicado por la editorial Vueltegato. 


Los poemas son un encuentro entre el pasado, el presente y el futuro. Todos transcurren a la vez en un lugar cargado de la energía de la naturaleza y los ancestros.  Los antepasados no se han ido del todo, siguen presentes; como figuras errantes en las montañas y las casas de las nuevas generaciones.


San Pedro bien pudiera ser cualquier población en el lago. Un poblado que reclama un espacio que siempre le ha pertenecido pero que se ha diluido con el paso del tiempo. Quizá parte de esta reafirmación sea que el libro está escrito en Tz´utujil y traducido al español. No sé si es el primer libro de poesía que se ha publicado así pero sí sé que es una brecha para arrancar con este tipo de publicaciones.


También es la búsqueda de las raíces. Comprender de dónde venimos para entonces, poder empezar a descifrar hacia dónde nos dirigimos. Quizá estemos condenados a perpetuar la historia o tenemos todo el poder para cambiarla. 


El marco de este viaje estático es un paisaje que, a su vez, también hace las veces de protagonista. Pero es un marco muy alejado del bullicio turístico. Es lo cotidiano; son esos detalles urbanos en una ciudad que observa en silencio las transformaciones del entorno. Un paisaje que recibe las plegarias de sus habitantes y lleva el registro del paso del tiempo. Es muy probable que aunque para el poeta ya no haya un mañana, el lago permanezca y que las montañas solo sean testigos del paso de una tormenta: «Quedan los objetos y sus rastros / rastros de gente poseída / con olores flotando / en el lugar recién abandonado».


Les dejo algunos versos del libro Sin Mañana Nta K´a Chuwaaq.


«Ayer existió un hombre
(que nunca murió)
construyó un montículo de huesos
en un eclipse fumaba
pintaba las montañas en rojo, en negro
combinaba lo verde, el azul y el amarillo
son los dioses que se reinventan con sus bailes». (P. 53)

«Recogeremos la inercia
que hemos usado
iremos detrás de cada paso
repetiremos esos pasos
equivocados
los sonidos, los relajos, los encuentros
las preguntas
esta tierra nos despedirá
burlándose de nosotros
porque sabe que la hemos arruinado


no podremos partir
sin el fuego que esta oculta
desenterraremos los cuerpos alojados en algún lugar». (P. 57)


«Algunos árboles cantan
algunos árboles ríen
algunos árboles caen 
se desesperan porque no pueden atrapar el cielo
se resignan a no moverse
de orilla a orilla
algunos árboles se deshacen
sin saber
que las tempestades
son las únicas cosas
que nos unen
con otros lugares». (P.67)

Mientras escribo estas líneas quizá muchos de ustedes estén haciendo sus maletas y contando los días para viajar hacia un paradisíaco lugar en Guatemala. O quizá estén alistándose para salir a cargar una de las tantas procesiones que recorrerán la ciudad en los siguientes días. Lo que me mueve a escribir este post es una reflexión sobre la Semana Santa que todos vamos a vivir. Porque de nada sirve que cumplamos con todos los ritos o actividades en la Iglesia si al salir al mundo llevamos dolor o rencores en nuestro corazón. Si después de cargar todas las procesiones habidas y por haber, de todas maneras le damos la espalda a los necesitados y nos dejamos caer en la frivolidad de las alegrías líquidas y pasajeras. Lo mismo pasa con viajar hacia cualquier parte del país y dejar de lado el momento de la meditación.
En el seno de la Iglesia Católica, el camino de preparación hacia la Semana Santa inició con el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma. Este período fue el indicado para examinarnos con objetividad y reconocer los puntos débiles que necesitan morir para poder ser mejores personas. Nuestros hermanos cristianos evangélicos también pasan por un período de análisis interno y meditación durante la Semana Santa.
Puede ser que seamos muy irascibles, haraganes, egoístas, vanidosos, mentirosos, parranderos empedernidos en exceso y un gran etcétera. Pero les tengo una buena noticia: No estamos condenados a ser así para siempre. Podemos levantarnos y aceptar el llamado a la santidad para seguir a Jesús. El camino no es fácil, pues está lleno de obstáculos y dolores. Pero también está inundado de amor; de un amor basado en Cristo y en la alegría plena. 
Después de que finaliza la cuaresma y cada quien ayunó (esto puede ser simbólico al privarnos de aquellas cosas que nos ayuden a reflexionar como la música, chocolates, etc), viene una adecuada confesión y la disposición a meditar sobre la Pasión, Muerte y Resurección de Jesús. Debemos matar al hombre/mujer viejo para renacer a una vida nueva marcada por la alegría del triunfo de Jesús sobre la muerte.
Muchos solo hemos conocido la Semana Santa de las procesiones pero, citando al Arzobisbo Metropolitano Oscar Julio Vián, no basta con lo externo. Debemos ser sinceros con nosotros mismos y procurar que las expresiones externas sean una figura y expresión de la conversión que tenemos internamente. Las procesiones forman parte de una tradición que tiene el carácter de Patrimonio Intangible de la Nación. No exaltamos el dolor ni adoramos imágenes. Es una tradición en la que acompañamos simbólicamente a Cristo y los cargadores llevan el peso simbólico de la cruz. Ver las imágenes nos sirve para meditar y tener un reencuentro espiritual.
La palabra que lo resume todo es AUTENTICIDAD. Ser auténticos en esta Semana Santa es lo más importante. Nuestro corazón debe estar con el Señor y entonces dejar a un lado las riñas, las críticas hacia los demás, reconciliarnos con el familiar, asistir a la misa o al servicio de la comunidad, dejar la mediocridad a un lado, escuchar a quien tenga un problema, reducir la medida al ingerir bebidas alcohólicas, no calumniar, cuidar el vocabulario, etc. En resumen, ser un reflejo de Jesús y de su amor.
Si vamos a viajar a la playa o algún otro destino turístico, también debemos recordar que la razón de estos días de descanso viene de la Semana Santa y, en consecuencia, de rememorar la Pasión de Cristo. Mi sugerencia humilde para ustedes es que no se alejen del todo en la parranda. A su lado está Jesús esperándolos y pueden dedicarle una oración sincera. Quizá en ese lugar haya una Iglesia a la que puedan asistir para comulgar y darle vitaminas a su espíritu. No se trata de darnos latigazos hipócritas o de imitar a las abuelitas de antes que sacaban de la piscina a todos los niños el viernes a las tres de la tarde para recordar la muerte de Jesús. Ese hecho vacío no tiene sentido alguno. Se trata de convertirnos desde lo más profundo de nuestro corazón y dar testimonio del Evangelio.
Y si no son ni católicos ni evangélicos y creen que las procesiones no tienen razón de ser o que están mejor sin ninguna religión, gracias por continuar su lectura hasta este párrafo. Traten de obviar la palabra Santa cuando hablen de parrandas o de las celebraciones influenciadas por la publicidad, en las que no esté presente Jesús.  Lo que sí les digo es que Cristo y Dios los aman tanto, tantísimo. Que no se olvidan de ustedes y jamás los han dejado solos. 
Ayer, Viernes de Dolores, recordamos los 7 dolores de María, madre de Jesús. Hoy es Sábado de Ramos y empieza la Semana Santa. No hay que quedarnos en el dolor de la muerte de Jesús, pues debemos recordar que lo más importante de su entrega de amor hacia nosotros, es que resucitó y que el Domingo de Resurección nos espera una fiesta de victoria. Renazcamos pues y acompañemos a Cristo en nuestras oraciones y en los diferentes servicios o misas que se desarrollen esta semana. 
Cambiar es posible. Solo requiere valor, voluntad y la constancia de cada día. La oración es una buena herramienta para mantenerse firme en el propósito.
Si pueden leer el Magacín de Siglo 21 en su publicación especial el miércoles, no se olviden de consultar el artículo Sea: Reflexiones cristianas para la Semana Santa.
A continuación comparto con ustedes el significado de cada día, de acuerdo a la Iglesia Católica. Si un lector cristiano evangélico o luterano o anglicano quiere compartir cómo vive su Semana Santa, se lo agradeceré bastante para conocer otras formas de vivir el cristianismo. 🙂
Domingo de Ramos
Resume la dinámica del Misterio Pascual de Cristo, Las palmas y los ramos manifiestan que la muerte en la cruz es camino de victoria.
Lunes Santo al Miércoles Santo
Celebración comunitaria o de la penitencia o reconciliación con Dios.
Jueves Santo
Este día se celebra la última Cena en que Cristo instituyó la Eucaristía, de la atención especial a los pobres, del Amor Fraterno. También tiene lugar el lavatorio de pies y la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní, que es una de las oraciones más intensas de Jesús. Fue uno de los momentos donde se sintió solo y pudo haberle dicho a su padre que lo salvara pero por amor a nosotros, aceptó todo lo demás que le faltaba vivir cuando lo arrestaron.
Viernes Santo
Prisión y juicio de Jesús. Es el día de luto rigoroso en el que se recuerda la muerte de Jesús.
Sábado Santo
Al anochecer se realiza la gran Vigilia Pascual, en la que más me entusiasma participar esta Semana Santa. En la primera parte se enciende una fogata 
Domingo de Resurección
Alegría intensa por la victoria sobre la muerte de Jesús. 
¡Que tengan todos ustedes una feliz y santa Semana Santa!

Sirva este post para homenajear el legado literario que me han dejado las novelas de Gabriel García Márquez que me recomendó mi mamá alguna vez.

El primer ejemplar de Cien Años de Soledad al que me acerqué estaba en la librera de mi casa. Tenía una pasta amarilla bastante pálida con una nena inexpresiva en la portada. No recuerdo cuántos años tenía pero sí tengo muy presente a mi mamá contándome que ese era su libro favorito. Siempre que lo leía, le encontraba nuevas facetas a la historia y eso era algo que yo no terminaba de comprender.
Un buen día empecé la lectura y… ya no paré. De repente mi casa ubicada en cualquier suburbio capitalino, se llenaba de plantas silvestres y desde lejos podía observar a José Arcadio Buendía mientras empezaba la dinastía que me llevaría hasta Macondo. Quizá tenía menos de quince años cuando me dejé llevar hacia esas historias tan mágicas y verosímiles a la vez.

Ese fue mi primer boleto hacia las novelas de Gabriel García Márquez. Observaba con sorpresa los trucos de los gitanos y pretendía haber conocido el hielo por primera vez, al igual que lo hizo el coronel Aureliano Buendía. Luego continuaba mi paseo junto a los almuerzos que se preparaban en la casa de los Buendía, donde llegaron a recibir a decenas de turistas en la época de mayor esplendor para Macondo. Sufrí las penas de amores de la pobre Remedios, cuyos novios murieron y nunca pudo ser feliz. Me instalé en una de las habitaciones, desde donde escuchaba al viejo José Arcadio mientras estudiaba hasta volverse loco. Fui cómplice de Rébeca, pues cuando era niña solía comerse puñados de tierra y no decía ni una sola palabra. Padecí junto a ellos un diluvio eterno y fue ahí donde aprendí el término escampar, que se define como dejar de llover. Los párrafos que describían las lluvias perennes se quedaron grabados en mi memoria y siempre que observo una tormenta, tengo la leve noción de estar viviendo un pedacito de la novela.

Mi mamá, como en muchas otras cosas de la vida, tenía razón. La novela no revela todos sus secretos al leerla la primera vez. A Cien Años de Soledad hay que descubrirla poco a poco y planear los viajes con anticipación. Quizá he leído el libro 4 ó 5 veces y nunca dejan de sorprenderme los relatos mágicos que García Márquez describe con tanta seguridad. Gracias a estas lecturas comprendía las referencias que algunos columnistas hacían entre nuestra Guatemala y Macondo. Macondo es cualquier lugar de latinoamérica y es una metáfora de la historia de cada país. La soledad es una espina que lastima a cada uno de los descendientes Buendía. Ya sea por la mala suerte en el amor, el egoísmo, las maldiciones familiares representadas en distintas tragedias y la centuria de una familia destinada desde el principio a la tragedia.

Después de Cien Años de Soledad me acerqué a El Amor en los tiempos del cólera. Novela más romántica y trágica. El realismo mágico seguía ahí pero ahora me emocionaba con un par de enamorados que debieron postergar su romance hasta la última etapa de su vida. Si vieron la película, les recomiendo que lean el libro también. La película protagonizada por Javier Bardem no retrata a cabalidad el submundo de esta novela. Lo único que me gustó fue la canción de Shakira que forma parte de la banda sonora.

¿Quién no ha leído Crónica de una muerte anunciada como parte del pénsum en el colegio? A mi me tocó leerla en mis años de diversificado. Me lo gocé pero me gustó más leer La Hojarasca. Este último es un libro que carece de diálogos y relata una historia a partir de los pensamientos de los personajes principales. A casi nadie de mis compañeras del salón les gustó La Hojarasca pero si han leído Pedro Páramo de Juan Rulfo y además, les gustó; entonces harán bien en leer La Hojarasca. Los Funerales de Mamá Grande me pareció un apéndice de Cien Años de Soledad, este también me lo recomendó mi mamá.

Todos los libros que he mencionado hasta el momento, a excepción de La Hojarasca, estaban esperándome en la librera de mi casa. Después de esas lecturas continúe con Noticia de un secuestro y aquí la tónica cambia radicalmente. Nos encontramos en la Bogotá  moderna para seguir paso a paso la historia real del secuestro de Maruja Pachón Villamizar, ocurrido en 1990, a manos del narcotraficante Pablo Escobar.

El último libro de García Márquez que pasó por mis manos fue Vivir para contarla, una hermosa autobiografía que me llevó al verdadero Macondo. El autor nació en Aracataca y esta ciudad fue la que lo inspiró para ambientar su novela más célebre. Pero además de conocer de cerca su pueblo natal, también es posible comprender las referencias literarias y a los personajes reales que incluye en Cien Años de Soledad y El amor en los tiempos del cólera. Esta lectura invita a conocer sus primeros pasos por el periodismo y navegar por las memorias del escritor.

Hace unos años mi mamá se compró una edición conmemorativa de los 40 años de Cien Años de Soledad y ese fue el ejemplar que llegó a las manos de mi hermano menor. Se lo devoró enseguida y también le quedó plantada la semilla de Macondo. En cualquier momento retomaré el libro para internarme por ese poblado. Creo que han pasado muchos años desde que leí la novela por última vez. ¿Quién sabe? A lo mejor podría encontrarme al patriarca José Aureliano atado un castaño mientras platica con el fantasma de su antiguo enemigo. A lo mejor tome un paseo con la llegada del tren para gozar la época del esplendor para los habitantes del pueblo. Quizá salga volando con los vientos huracanados que se llevan al último hijo de la dinastía. O puede ser que aparezca junto al coronel Aureliano Buendía para asistirlo frente al pelotón de fusilamiento, justo cuando comienza la novela:

«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de 
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces 
una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas 
que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos 
prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre…» 


Les dejo este link para conocer de cerca los !00 Años de soledad: (
http://www.emol.com/especiales/infografias/100soledad/index.htm )
Acompañen su lectura con la canción de Shakira.








Fuerte con el corazón verte / pero no en lawebcam hablarte / cada minuto que pasa quiero estar online.

 Estas líneas forman parte de la canciónWebcam, una de las que han calado con fuerza en el corazón de las adolescentes. El ritmo es pegajoso y en varias ocasiones he podido observar la reacción de las jovencitas que gritan frenéticamente cuando escuchan las primeras notas. “No sabíamos que iba a ser un éxito y que nuestro primer sencillo iba a llegar tan lejos”, comenta con cierta incredulidad Juanfer Herrera, entre risas. Me encuentro en la sala de su casa e imagino que desde aquí o en el estudio que se ubica al lado se han de haber trazado los sueños y planes musicales que poco a poco DuoSway ha ido alcanzando.

Yo los había visto en vivo en varias ocasiones y siempre me llamaba la atención la forma en la que sus fanáticas se volvían locas de la emoción al verlos sobre el escenario. Sus tonadas son pegajosas, frescas y fue muy interesante conocer los detalles y el trabajo detrás de su propuesta. DuoSway está integrado por dos jóvenes que se han propuesto sobresalir en el campo musical para demostrar que en este país con tantas contrariedades sí es posible vivir de la música. Lo están logrando. Han recibido llamadas para participar en fiestas de 15 años, presentaciones departamentales y otros recitales más grandes como el de esta semana para compartir el escenario como teloneros de Ricky Martin. Me recuerdan a Sin Bandera o a Camila pero quizá esa sea sólo mi percepción.

Su vibra es relajada pero determinada y son artistas que luchan cada día por darle a Guatemala un motivo para sonreír y cambiar de mentalidad. A continuación les comparto el link de la edición virtual de Magacín, donde sale publicada la entrevista a DuoSway. Además podrán leer otros artículos de la revista con periodismo cultural. Entre ellos están el acercamiento a Dieter Lehnhoff, un vistazo al mundo de las olimpiadas matemáticas, la radiografía de Bacteria Soundsystem Crew, entre otros. Las fotografías  fueron tomada por Andrés Vargas.

Más abajo les dejo algunos videos para que aprovechen a darle Play si todavía no han escuchado al dueto guatemalteco. Y si sí lo han hecho, pues para que vuelvan a cantar sus canciones.

Hace un mes tuve la afortunada oportunidad de visitar México y a partir de esa visita, trabajé una serie de publicaciones que giraron en torno a la cultura del tequila. Les comparto el primer artículo que salió publicado en Siglo 21. Esta es una crónica cultural que se incluyó en el suplemento dominical Magacín. Las fotos también son mías. Y pues, sin darle más vueltas al asunto, vámonos a dar una vuelta por la tierra del tequila. Salú!

Yo sentí que mi vida se perdía en un abismo profundo /
y negro como mi suerte, quise hallar el olvido al estilo Jalisco
pero aquellos mariachis y aquel tequila me hicieron llorar.

Me canse de rogarle. Con el llanto en mis ojos alcé mi copa y brinde con ella,
no podía despreciarme era el ultimo brindis de un bohemio con una reina.
los mariachis callaron.


Ella José Alfredo Jiménez 

Antes de que México fuera México, el tequila ya se constituía como uno de los elementos que hilaban la historia de un país en ciernes. Las andanzas de esta bebida llevan consigo el desarrollo paralelo de una sociedad que se ha erigido con una relación estrecha entre la tierra y el agave. Uno esperaría que al descender del avión, una fila de mariachis reciba a los viajeros para darles la bienvenida o que todo lo que pregonan las películas mexicanas de antaño sea recreado por las calles.
Pero no es así. Ha pasado casi un siglo desde que aquellas producciones audiovisuales de Emilio, el Indio Fernández empezaron a formar parte de la cultura popular. Su vasta obra recopilaba las piezas de una historia intensa, fabulosa, mítica y detallada en la que el tequila aparecía como la bebida alegórica de una gesta revolucionaria. Algunas de ellas sonSoy puro mexicano, Las abandonadas y María Candelaria. Cabe mencionar en este renglón todas las cintas que convirtieron a Pedro Infante en la leyenda que brinda a la salud del amor, la desgracia y la parranda.
La Revolución Mexicana se escribió en tequila con canciones, discursos, romances y alegorías que han traspasado varias generaciones. En algún lugar del imaginario de todos los turistas se encuentra la noción de que el tequila es el refugio de los corazones rotos, como pregonan las telenovelas de ese país e incluso series estadounidenses tan contemporáneas como The Big Bang Theory. En cada una de estas expresiones culturales se asegura que el verdadero mexicano bebe de un solo golpe el tequila. Quizá para noquear al corazón herido o para acelerar la fiesta.
La misión para este reportaje es, entonces, averiguar cuál es la verdad detrás de todos los mitos que giran en torno al tequila. A mí, si me lo preguntan, me parece una bebida aniquiladora y no soy su fan. Me acompañan en el viaje los bartenders Gonzalo Hernández y Carolina Vargas; junto a Héctor García, gerente de marca de Distribuidora Alcazarén. Después de pasar por los controles de migración en el aeropuerto de Guadalajara, nos encontramos con las fotografías de un fruto extraño acompañado por la frase: “La historia empieza cuando se corta la piña”. Desde ahí comiezan a caer los datos para mi investigación. En el viaje me acompañan los ganadores de la Copa Margarita, quienes viajaron gracias a Distribuidora Alcazarén para conocer la destilería de José Cuervo.

Siglos atrás
La frase se refiere a un producto milenario que proviene del agave azul, conocido también como Tequilana weber. Se convirtió en el puente de contacto entre los indígenas y la diosa Mayahuel, símbolo de la fertilidad. En náhuatl, al corazón de la piña se le conoce como mezcal, que quiere decir la casa de la luna y se emplea también para referirse a la esencia o el centro de algo. Antes de que México fuera conquistado por los españoles, los habitantes del territorio precolombino cosechaban la planta para fermentarla y producir una especie de vino, pulque o aguamiel, según fuera el caso.
Este resultado dista mucho del tequila que se produce en la actualidad y del que se fabricó a partir del siglo XVI, cuando los colonizadores aprovecharon para elaborar el vino mezcal. Sin embargo, debió enfrentarse a las regulaciones autoritarias de la Corona española, por lo que eligió la clandestinidad. Pero la vida siguió dando vueltas y el gobierno entró en una crisis económica. Así que, las autoridades optaron por autorizar su producción en 1790 para recaudar impuestos por esa vía. Parte de lo recolectado fue destinado a la construcción del Palacio de Gobierno en Guadalajara.
Es también a finales del siglo XVIII y principios del XIX cuando el tequila José Cuervo comienza a figurar en la historia de esta bebida. El momento significativo se da en 1795, cuando la dinastía Cuervo obtuvo de Carlos IV la primera licencia para producir vino de mezcal en una región que actualmente se conoce como Tequila. Este poblado fue el que bautizó a la bebida y es por eso que a partir de 1974 se protegió el destilado con la Declaratoria General de la Denominación de Origen, lo que implica que en ningún otro lugar del mundo puede fabricarse una bebida bajo el mismo nombre.
Luego de la autorización de Carlos IV se edificó la fábrica de la Rojeña, que luce en sus muros el orgullo de ser una de las más antiguas de Latinoamérica. De sus instalaciones han salido infinidad de litros de tequila que han llegado a diferentes rincones de todos los continentes. Con el paso del tiempo se abrieron más destilerías y en el mercado se ha diversificado la manera de disfrutar la bebida. La más novedosa viene en una lata de aluminio y fue pensada para complacer al público femenino o juvenil.

¿De un solo? o ¿Poquito a poco?
Guadalajara, la capital de Jalisco, se presenta ante los visitantes como una urbe moderna en la que destaca la promoción del espacio público como un punto de encuentro para los ciudadanos. En el paisaje aparecen algunas esculturas que honran al agave azul y varios jardines lucen esta planta como el ornamento principal. La expectativa por los Juegos Panamericanos que se desarrollarán en octubre se respira en las avenidas más importantes. Tampoco es difícil detectar el orgullo que sienten sus habitantes por el tequila. En los clubes nocturnos y restaurantes es sencillo divisar a más de alguien que acompaña la tertulia con una copa de tequila. Pero hay algo raro en esta imagen. Ninguno de los tapatíos bebe de su copa como lo hacen los personajes de las películas del Indio Jiménez. La garganta no les quema y tampoco golpean la mesa súbitamente al terminarse el líquido.
“Lo que se decía en la televisión o el cine de antaño no es cierto. Los mexicanos no tomamos el tequila de un solo trago, sino que disfrutamos cada sorbo”, comenta Guillermo González,International Group Executive de José Cuervo. Los rostros de asombro entre mis acompañantes y yo no se hicieron esperar ante tal revelación. ¿Podría ser posible que toda la cultura pop que rodea la bebida estuviera equivocada? La respuesta a esa interrogante fue afirmativa y conformada por la vendedora Marisela Ferreira en la tienda El Tecolote. Ella ofrece cerca de 400 marcas de tequila a los turistas que caminan por la Avenida Independencia, en el municipio de Tlatepaque. “La degustación empieza al olfatear la bebida para sentir su aroma. Luego se da un trago y se saborea el sorbo; algo así como calentándolo en la boca”, explica Ferreira.

La declaración anterior me dejó boquiabierta, justo antes de dar el primer trago a la copa de cortesía. El momento decisivo estaba a punto de suceder y me temía que, al igual que en otras ocasiones, iba a renegar de esta bebida. Nunca antes le había encontrado el gusto a las muecas que vienen detrás del golpe. Tampoco había indagado en el sabor del olvido como lo sugiriera alguna vez la voz franca de Chavela Vargas. Hice todo lo que me indicaron y descubrí que en realidad el tequila se disfruta más cuando es bebido por poquitos. Los tragos pueden intercalarse con un vaso de una gaseosa de limón o toronja; agua mineral e incluso cerveza.
Esa fue solo la punta del iceberg en la tierra tapatía, pues a partir de ese momento desfilaron ante nosotros diferentes posibilidades para degustar el tequila. Atrás quedaron las margaritas de limón; el repertorio se amplió al abarcar ingredientes como rosa de Jamaica, tamarindo, mango y guayaba. Pero si el estilo frozen no es el de su elección, también puede optar por un coctel llamado Paloma. La preparación es sencilla y consiste en verter tequila en un vaso con limonada.
Si beber de un vaso con mineral y de otro con tequila requiere concentración, la Bandera implica un reto más grande. Para su preparación se necesitan tres vasos tequileros. En uno vierte zumo de limón para preparar la garganta. En el segundo se sirve el tequila y en el último se coloca una mezcla de tomate, limón, sal, pimienta, jugo de naranja y un toque de granadina. La creatividad no tiene límites cuando la chispa se enciende desde el primer sorbo.

Descubrimiento y desengaño
Ante el abanico de opciones que trae consigo el tequila, con su Denominación de Origen y el trasfondo histórico, es sencillo asumir que la bebida ha sido la predilecta en todos los sectores. La Revolución Mexicana y la identificación de los soldados hacia el tequila ocasionaron que los mexicanos consideraran durante muchos años que esta era una bebida popular; de esas que no se incluían en las fiestas glamorosas. No fue sino hasta mediados de la década de 1990 cuando la bebida empezó a abrirse brecha en otros círculos sociales.
A las puertas de una nueva década, en un mundo más globalizado que nunca, el destilado se va colando con efervescencia entre las nuevas generaciones de consumidores mexicanos. Un capítulo diferente está siendo escrito a cada momento y nadie ha dicho la última palabra al respecto. En cada gota del tequila se concentran las voces de Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, el Indio Fernández, la Revolución Mexicana y el trabajo que cada persona realiza en el campo. Es una bebida que se ha convertido en la mensajera de un país que al igual que el nuestro, lucha día con día por un futuro mejor. Es por eso que de este lado de la frontera también podemos brindar por las alegrías o las penas que se diluyen poco a poco.
La imagen de los mariachis con las estampas tradicionales que la televisión había creado en mi imaginación, no se concretó. En su lugar Guadalajara se alzó como una ciudad histórica, que se convirtió en la anfitriona ideal para redescubrir el tequila.
Dicen en México que conocer es no excederse, pues al tequila se le respeta. En este viaje, el destilado dejó de ser la bebida a la que hay que temerle. Más bien entablamos una relación justo después de que la intensidad del primer sorbo atravesó mi garganta y despertó todos mis sentidos.

Y pues ahora no queda más que ir a buscar el tequila y brindar Al estilo Jalisco con Chavela Vargas…

A continuación, les comparto una entrevista realizada al promotor cultural Tasso Hadjidodou, en el marco de su cumpleaños 90. Esta es una versión ampliada de la nota publicada en Siglo 21 el 9 de julio de 2011. Sirva de paso también, para celebrar desde este espacio a una personalidad que ha marcado la diferencia en el ámbito cultural y que ha sido generador de numerosos proyectos.¡Enhorabuena y feliz cumpleaños!

Durante la tarde del jueves 7 de julio las actividades rutinarias se detuvieron en la Casa Ibargüen, donde se colocó una tarima decorada con varios globos de colores, regalos y grandes pasteles. El sonido de la marimba se intercalaba con el de la música clásica que amenizaba la fiesta de cumpleaños de uno de los personajes más destacados en el ámbito de la cultura guatemalteca. Con un semblante tranquilo y la voz delgada que le caracteriza, Tasso Hadjidodou tomó un respiro para luego asegurar que se siente igual que siempre. Pero no pasaban cinco minutos en la celebración, sin que algún amigo se acercara emocionado para abrazarlo y felicitarlo, pues ha alcanzado los 90 años de edad. A la celebración asistieron varios amigos, artistas e intelectuales que buscaban honrar al homenajeado, quien nació en un día como hoy en Lieja, Bélgica. “Lo que pasa es que la gente no piensa que uno pueda alcanzar esta edad; les parece como milagro que cumpla años”, explica con modestia Tasso, en una entrevista realizada horas antes del festejo organizado en el Centro Histórico. Evento considerado por él como una “tempestad”, pues como ya se mencionó antes, considera que la gente considera su cumpleaños como una hazaña.




El belga chapín


Fueron las circunstancias de la vida las que trajeron a Guatemala en la década de 1940 a una persona enamorada del arte y apasionada por la lectura desde la infancia. “Podría haber sido otro país pero me quedé aquí”, añade Tasso tras tomar un sorbo de café para calmar su tos. Su espíritu de trotamundos lo llevó en su primer viaje a Francia cuando apenas era un adolescente, pues era un viaje escolar. Posteriormente visitó otros países de Europa y algunos de latinoamérica. “Uno quisiera conocer tantas cosas y quedarse más tiempo para conocer mejor los lugares o su gente. Muchas veces hace uno un paso fugaz y sigue de largo”, sentencia Tasso antes de enfocar su atención en mi anillo amarillo. Fue en ese momento que salió a flote su humor característico y sugirió que quizá podría añadirle al anillo una lámpara que sirva de luz para cuando haya un apagón. De esa manera no me perdería, ni pasaría desapercibida y según dice Tasso, me llamarían la iluminada.

Desde que adoptó a Guatemala como su segundo hogar, Tasso buscó conocer la escena cultural de la época. Poco a poco se involucró en la promoción cultural y trabajó en la Alianza Francesa de Guatemala durante 35 años para fomentar el arte y la cultura. Fue en una actividad promovida por dicha entidad que William Orbough, director de las Artes del Ministerio de Cultura, recuerda haber conocido a Tasso. “Me abrió las puertas en mi primer recital de guitarra clásica. Años después volvimos a coincidir y puedo decir que es la persona más interesada en la cultura guatemalteca”, comparte. Su mayor interés se centra en la cultura indígena y es posible que él valore aún más su riqueza, que varios guatemaltecos.

Y es que la cultura es un tema que ha estado ligado a su vida desde hace muchos años, puesto que en su tierra natal solía ir a exposiciones y a presentaciones artísticas. Era de esperarse que en Guatemala también continuara con su dedicación a este ámbito. Fue así como fundó una empresa que se dedicaba a las importaciones y exportaciones de maquinaria para emplearla en fábricas. Desde que arribó al país ha vivido en el Centro Histórico de la ciudad y ha visto el crecimiento del casco urbano. Este fue el país donde aprendió a tomar el café sin azúcar y agradece el clima tan acogedor que le ha brindado durante tantos años.

Generador de espacios
Para el músico Paulo Alvarado, quien conoció a Tasso en tertulias organizadas por sus padres, el promotor tiene el talento de “hacer que pasen cosas y ser quien vincule a los personajes entre sí”. Ha sido gracias a su habilidad catalizadora que se han llevado a cabo grandes proyectos como el del Festival del Centro Histórico, que este año arriba a su catorceava edición. Para Tasso, uno de sus grandes logros es haber alimentado una enorme biblioteca para satisfacer su vicio por la lectura. A la fecha, considera haber leído miles de libros y no podría escoger uno preferido. Eso sí, asegura que es mejor saber escoger en qué invertir el tiempo. Aconseja buscar lecturas que dejen contenido y aprendizaje al lector, en vez de los libros de cientos de hojas que al final, no dicen nada.

Es políglota, pues habla griego, alemán, inglés, francés, latín, flamenco, italiano, español, entre otros. Sin embargo, se reprocha el no haber aprendido un idioma maya. A estas alturas del partido, asegura que tampoco tendría el tiempo necesario para dedicarle a un nuevo idioma. “Uno de los pasatiempos que ambos compartimos es conversar en francés o italiano, para practicar. Tasso gusta de analizar cada palabra y compartir su origen etimológico porque esto le recuerda sus orígenes griegos”, comparte Orbough. Los padres de Tasso son de ascendencia griega y fue en el hogar donde aprendió este idioma.


Amante de los museos

Una de las anécdotas que recuerda como si fuera ayer, se remonta a sus primeros años de la infancia. Cerca del edificio donde vivía con sus padres se ubicaba un gran parque por el que caminaba antes de llegar a la escuela. También presume con orgullo la familiaridad con la que visitaba el circuito de museos ubicado cerca del apartamento. Todos los directores eran sus amigos y lo dejaban pasar sin ningún problema. Este primer contacto con el arte fue lo que le abrió los horizontes: “Me percaté de la existencia de otras sociedades… A veces la gente se queda en su lugarcito y no ve las diferencias entre los lugares. Aunque también guardan ciertas similitudes porque todos somos seres humanos”.

La profesión que a Tasso le hubiera gustado ejercer fue la arquitectura porque siempre le gustaba observar los edificios en construcción. Pero no pudo darse el lujo de dejar de trabajar para dedicarse de lleno a los estudios y acompañar las actividades culturales. Él es un personaje que ha sido querido y reconocido por diversos círculos artísticos, fue homenajeado cuando se bautizó un callejón de la zona 1 en su honor y recientemente, con una escultura de cuerpo completo en el Paseo de la Sexta. Todo esto sin contar varios homenajes y reconocimientos que se le han otorgado en años anteriores. Actualmente colabora con el Consejo Cultural de la Municipalidad y es presidente honorario del Festival del Centro Histórico.

Tasso considera la vida está hecha de sorpresas y hay que tratar alcanzar las metas propuestas. Se debe intentar de no perder nunca la razón y tener la mente clara para llegar al rumbo trazado. Con una risa pícara señala que hay un “montón” de proyectos por alcanzar. Tras una breve pausa reanuda la conversación para sentenciar que “con la vida hay que ser razonable porque Dios nos dio la razón para evitar errores”.
Fotografia: muniguate.com




1. ¿Será que una valla publicitaria de Tigo, Claro o Telefónica son transobjetos?

Sí. La apropiación de la estructura implícita del objeto, en este caso un celular, y al concretizarlo como representación física de una idea sensible. La idea sensible en este caso es la de comunicación, escuchar a nuestros familiares, disfrutar de la música en cada aparato y el contacto con cualquier persona. Para desarrollar esta idea tomo como referencia al brasileño Wagner Schwartz, quien es graduado en letras y performer. Él toma la idea del Transobjeto y desarrolla una propuesta en la que este término se convierte en un elemento que ofrece la posibilidad de una nueva experiencia.

Al compararlo con las vallas publicitarias de las telefónicas, no se está muy lejos de esta idea. Las vallas venden nuevas experiencias al tecnificar nuestra vida. Por ejemplo, “Invítala a salir por un mensajito” es la frase que identifica una valla de Tigo y que a la vez modifica las relaciones sociales. Se convierte en una invitación al propio usuario para experimentar nuevas formas de comunicación a partir de los planes que la compañía ofrece. Para Salvador Aburto Morales el transobjeto puede ser comprendido también como un fenómeno configurado por el sujeto social, pero que suele ser reflejo de lo individual, psicológico, trascendente o vanal. Además puede convertirse en único e irrepetible, cuando guarda correspondencia con la recreación sensible del mundo. Regresemos a la Telefónica y los planes anunciados en las vallas. Toda la sensación de confort es definida por nosotros mismos y por eso nos lo colocan en la valla como una meta y un gratificante. A la vez es personalizado y reflejo de lo individual porque cada quien puede modificar los planes, añadir redes sociales en los nuevos teléfonos, etcétera.

2. ¿Cómo se comunica el arte y la sensibilidad si el tema es violento?

De acuerdo con Morales vivir esta realidad y percibirla en un sentido estético tiene más que ver con una mirada sensible a la vida, que con el simple hecho de percibir la realidad y objetivarla. “Ver y oír, no será lo mismo que mirar y escuchar, porque esto implicará también, sentir”. Con esta premisa podemos partir e indicar que el arte y la sensibilidad en una pieza debe comunicarse al comprender el fenómeno que se quiere abordar. También depende en gran parte de la ética y moral del comunicador, quien debe estar consciente del contexto en el que se desenvuelve para no presentar una imagen carente de sensibilidad. Un claro ejemplo de la falta de contexto es la publicidad que MD lanzó hace tres años en los que por promover una línea de zapatos llenó la ciudad de Guatemala con vallas que presentaban unos “Zapatos de Muerte”. El slógan iba acompañado por imágenes de mujeres bellas muertas por el placer de tener el par de zapatos. Esto fue presentado en un país donde el femicidio es un tema delicado y con altos índices de violencia contra la mujer.

Para la crítica y curadora de arte Clara Astiasarán la sugerencia en una obra es más interesante porque el arte debe cuestionar y facilitar la capacidad de preguntar. Por ello algunas de las piezas más exitosas en comunicación y publicidad son las que abordan las temáticas de una manera sugerente y conceptual.

Para ejemplificar este punto abordaremos los siguientes ejemplos. El primero es el de una campaña lanzada en Croacia por Unicef. Aquí el tema es la orfandad y los niños que pierden a su familia entera por la guerra y la violencia.

La segunda pieza pertenece a la exposición de fotografía documental Encuentros en Primavera, en la que el objetivo era indagar en las historias alrededor de las familias de las personas desaparecidas durante el conflicto armado. La muestra reúne 29 fotografías tomadas en la Comunidad Primavera durante las inhumaciones de 9 personas desaparecidas. Cada una de las piezas habla por sí sola y no se recurren a lugares comunes o amarillistas para mostrar el dolor de los familiares que después de 20 años han logrado cerrar un capítulo dramático en su vida. La técnica de la fotografía documental empleada por la fotógrafa Morena Pérez-Joachín se enfocó en temas específicos y planeaciones. El objetivo era contar un sentimiento a través de una imagen y acompañar a las personas retratadas en los momentos de curación y reencuentro.

3. Es posible esa Teoría de Comunicación Artística de la que habla Salvador Aburto Morales en su folleto.

Claro. Desde el momento en que un artista emprende una obra lo hace porque quiere expresar su perspectiva, sentimientos, ideología, etcétera. Según Morales el arte en su esencia es comunicación, porque compromete a sus interlocutores para asumir la responsabilidad de su trascendencia como seres humanos; obvio será también descubrir con esto, que además es un fenómeno vivencial.

El planteamiento anterior es reforzado por Katya Mandoki en su libro Estética y Comunicación de acción, pasión y seducción. Para ella todo acto de comunicación tiende un puente para llegar a los otros por alguna razón. La estética y la comunicación van íntimamente ligadas en un proceso que pretende seducir al destinatario, engañarlo, protegerlo, agredirlo o persuadirlo para impactar la sensibilidad del interlocutor.


4. El tema para nosotros es al revés como delimitar el
Papel del Arte en la producción de piezas de comunicación masiva, para medios impresos y audiovisuales. ¿Qué limites estéticos debe tener la producción de spot de televsión, spot de radio, afiche, vallas, mupis?

El papel del arte en la producción de piezas masivas no puede ser delimitado más que por el estilo y la estética de cada comunicador. Sin embargo, se puede caer en el peligro de querer decir mucho y fallar en el intento o viceversa. Para Mandoki tanto en el arte como en cualquier pieza comunicacional (spot, afiche, vallas) debería regir la Máxima de Relevancia en el Principio de Cooperación propuesta por el filósofo Paul Grice. El principio establece que si se va a decir algo es porque hay un acuerdo tácito de cooperación entre enunciante y destinatario, y que ese algo comunicado es relevante para ambos. Para Grice este principio se basaba en cuatro pilares:

De cantidad: Haz que tu contribución sea tan informativa como sea necesario.

De cualidad: Haz que tu contribución sea verdadera.

De relevancia: Sé pertinente, no digas algo que no viene al caso.

De manera: Sé claro, evita la ambigüedad, sé breve, sé ordenado.

Según Mandoki en la actualidad no todos los artistas respetan esta máxima y de ahí la razón de la decepción ante obras de arte que se exponen en museos y galerías pero que, en realidad, no tienen mucho que decir. El artista que sí las respeta tiene el puente de comunicación y logra transmitir a cabalidad para hacer ver u oír lo que está presente en su sensibilidad. Se alcanza poner al espectador en los zapatos del artista. Este mismo éxito es aplicable a los spots, vallas y otros medios que podrían delimitarse bajo la máxima de Grice y lograrían transmitir a cabalidad el mensaje publicitario.

Este es un ejemplo de una campaña de Unicef para crear conciencia sobre el abuso infantil en Sudáfrica. Para lograrlo creó una serie de piezas en las que muestran juguetes tratando de proteger a los niños que duermen. La imagen es acompañada de un copy claro y pertinente: Si no peleas contra el abuso Infantil, ¿Quién lo hará?

5. Es cierto que la comunicación también es Arte.

En el arte todo es expresión y en la comunicación es imposible suprimir su carácter expresivo, dado por su nivel pragmático, de uso real y vivo. Por lo tanto, la comunicación también es arte y este es conocimiento sensible. Al ser y tener conciencia de la existencia misma se vuelve necesario desarrollar las capacidades para pensar. Por consiguiente surge la necesidad de expresarse por diferentes medios. Cada uno de estos recurre a formas de conciencia estética propias de los seres humanos que, según Morales surge desde la esfera afectiva y s

e encuentra inmerso en los procesos de comunicación. La estética no está relegada al plano artístico ya que es parte de la vida cotidiana. Esto lo explica Mandoki al afirmar que en las relaciones sociales se establecen intercambios que no son sólo de bienes, información o trabajo. Existe otra dimensión desde la cual los sujetos se relacionan a nivel sensible entre sí y con los objetos comunes.

En una escala más elevada se tienen los procesos curatoriales, que según Astiasarán consisten en un proceso de investigación que busca generar conocimiento y entablar un diálogo entre las obras y las personas. En este proceso ineludiblemente existe comunicación ya que ese conocimiento debe ser transmitido a partir de una curaduría que en vez de expresarse por palabras lo hace por medio de las obras artísticas. Cada composición está hilada por códigos y un mensaje que será decodificado por el receptor.

º La foto principal es un foulard que vuela en un escaparate de Japón mientra una joven lo sopla. Esto fue realizado por Tokujin Yoshioka para Hérmes. Se trata de un escaparate interactivo y sensorial en el que el producto toma vida con los soplidos de un video de la joven.

º La última foto fue tomada el año pasado en ExCéntrico durante la exposición Después de Gutenberg.