Justo cuando estaba arrepentidisima por haberme tirado, la cuerda dijo presente y ahora solo quedaba columpiarme de forma parabólica sobre la copa de los árboles que están en el barranco bajo el puente La Asunción, zona 5. Así fue en mi caso. Esta última parte fue la única que gocé pero llegué a la conclusión de que no vale la pena cuando el instinto de supervivencia ni te permite tirarte. A mi me debieron empujar. Me engañaron porque no me dejaron llegar al 3, sino que me aventaron cuando apenas iban por el 2. El aire se me atragantó en la garganta y no podía gritar ni nada. Más adelante, meditando sobre la experiencia, pedí perdón por haberme puesto en una situación como esa.
Los horarios son de martes a domingo, de 9 a 16 horas. Por si se lo preguntan, las tarifas van desde US$25 en el recorrido corto y U$S35 por el de 12 tiros. Ahora bien, si son demasiado quisquillosos, pueden preguntarle a los dueños si su establecimiento sigue la normativa técnica (188-002). De acuerdo con la Asociación de Canopy de Guatemala, esta norma es importante para regular su funcionamiento, mantenimiento y operatividad.
En nuestro país hay varias opciones para practicarlo. Si no quieres irte muy lejos, puedes probar en Cayalá, zona 16, o en Xpark, zona 13. En Antigua Guatemala puedes encontrar la adrenalina en Finca Filadelfia. El Parque Nacional Calderas, a pocos minutos de las faldas del volcán Pacaya, también es una buena opción para hacer un poco de turismo interno.
El primer vídeo del post fue grabado por Nelo (¡Gracias!) y este otro lo tomé yo con una aplicación del celular.