Opinión

“Voy a pintarme el corazón de morado”

“Es una locura no ser lo que se es, sin la mayor plenitud posible”
Santa María Eugenida de Jesús (1817 – 1898)

Después de tres años de no poner un pie en el colegio del que me gradúe, que por cierto es el Instituto Experimental de la Asunción, regresé el sábado 9 para celebrar la canonización de la fundadora del colegio. La celebración consisitió en una misa oficiada por el Cardenal Rodolfo Quezada Toruño, la reunión de las congregaciones asuncionistas y una refacción en la que la estrella era la torta de la Asunción (una torta de piña tradicional ). La fundadora de las religiosas de la Asunción fue canonizada el domingo 3 de junio en El Vaticano.
Está por demás decir que esto representa una gran alegría para toda la comunidad asuncionista y para todas las personas que han sido tocadas por la santa. Y es que su vida y legado va más allá de los hechos, su ideología estaba adelantada a su época (como toda buena revolucionaria).
Ella nació Metz, en Francia en 1817, en una familia que ignoraba a la Iglesia. En su infancia pasó de una vida acomodada a la pobreza, provocada por la ruina de su padre, seguidor de las ideas de la Ilustración. El contraste entre la pobreza y la vida acomodada, entre las fiestas exhuberantes y el fanatismo religioso la influenciaron para querer modificar la estructura de la época.
Estaba rodeada de jovencitas que pasaban las tardes aprendiendo a bordar, a tocar el piano y pensando en fiestas o casarse. Por otro lado, los que se decían religiosos pasaban mucho tiempo rezando pero no practicando.
El primer chispazo se le prendio al escuchar al padre Jean-Baptiste-Henri Dominique Lacordaire en la catedral de Notre Dame de París. Ella tenía 19 años y la predicación le abrió «un camino de luz», como ella contaría después. Tras conocer al padre Emmanuel d’Alzon, a los 22 años, el 30 de abril de 1839, fundó la congregación de las Religiosas de la Asunción que tiene por objetivo la educación, transformar a la sociedad por medio de una educación integral junto con la expansión del Reino.

Buscaba unir lo antiguo y lo nuevo: unir los antiguos tesoros de la espiritualidad y de la sabiduría de la Iglesia con una nueva forma de vida religiosa y de educación que respondieran a las necesidades de las mentalidades modernas. Se trata de asumir los valores de su tiempo, y a la vez, transmitir valores evangélicos a la cultura naciente de una nueva era industrial y científica. Fue una vida vivida en la búsqueda de Dios y en un fuerte compromiso apostólico. En 1841 fundó la primera escuela en París, Francia. En 1956 la orden fundó el Instituto Experimental La Asunción en Guatemala. Actualmente la orden tiene presencia en 34 países, 8 en Europa, 5 en Asia, 10 en América y 11 en África.

Estoy muy agradecida por haber crecido bajo la educación asuncionista, que forma a personas conscientes del contexto social y comprometidas a trabajar por hacer un cambio, a no conformarse, a confiar en Jesús, a transformar la sociedad por medio del Evangelio.

Mayor información en: www.asuncion.edu.gt/santamariaeugenia/

1 Comment

1 thought on ““Voy a pintarme el corazón de morado””

  1. a pesar de las criticas que hay entre mezclar la religión y la educación estoy consciente de las palabras de Cristo, "sin mi nada podeis hacer" las mejores personas que conozco provienen de una educación cristiana

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