Busco las palabras para refugiarme en ellas y encontrar un poco de paz y tranquilidad. Esos conceptos se van vaciando cada vez más. Es como repetir palabras mancilladas. Simples letras que se unieron apenas unidas por un pegamento que se resiste a ceder.
Aquí estamos, en la tierra de nadie. Donde nos atropellan, nos flagelan y nos asesinan.
Hace unos días le tocó a un bebé. Ayer a un periodista. Hoy por la mañana a un piloto más.
Santis era un periodista que, si bien no llegué a conocerlo a profundidad, sí era alguien familiar en las coberturas y un compañero en esta linda profesión.
Aquí estamos, en la tierra de nadie. Donde nos atropellan, nos flagelan y nos asesinan.
Hace unos días le tocó a un bebé. Ayer a un periodista. Hoy por la mañana a un piloto más.
Santis era un periodista que, si bien no llegué a conocerlo a profundidad, sí era alguien familiar en las coberturas y un compañero en esta linda profesión.
De acuerdo a las características del suceso, fue un ataque directo. No se sabe de parte de quien, pero fue un atentado contra Rolando Santiz, reportero de Telecentro 13. Los delincuentes, que se transportaban en motocicleta, le dispararon ayer a las cinco de la tarde en un lugar muy concurrido de la ciudad. Él iba acompañado de su camarógrafo, Juan Antonio de León, quien se encuentra en estado estable en un hospital público. Iban en el automóvil del noticiero.
Las autoridades se han golpeado el pecho y jurado que investigarán. Nada que no hayan prometido antes y que de seguro, incumplirán.
Ahora nos toca preguntarnos, cuál es nuestro rol. Qué papel jugamos en este ajedrez. Me niego a unirme a la histeria masiva y seguir repartiendo violencia. No. Eso sería caer en la dinámica que ELLOS planean. Pero, entonces, qué nos queda.
Las autoridades se han golpeado el pecho y jurado que investigarán. Nada que no hayan prometido antes y que de seguro, incumplirán.
Ahora nos toca preguntarnos, cuál es nuestro rol. Qué papel jugamos en este ajedrez. Me niego a unirme a la histeria masiva y seguir repartiendo violencia. No. Eso sería caer en la dinámica que ELLOS planean. Pero, entonces, qué nos queda.
Unirnos. Levantar la mirada y trabajar con la frente en alto. Pelear con amor, aunque suene cursi… Pero es la actitud con la que nos enfrentemos a este toro la que marcará la diferencia. Reventemos las burbujas. Queremos PAZ pero repartámosla nosotros también. Nadie va a hacer el trabajo por nosotros. Es muy fácil seguir culpando al gobierno, que en realidad no está haciendo nada, pero a la vez, preguntémonos, qué estamos haciendo nosotros. Esto no es de cambiar de canal y seguir viendo la novela o dejar a un lado el periódico para continuar chateando.
Tenemos que despertar. Nos quieren amedrentar pero no nos tenemos que dejar. Desde este confesionario exijo y demando paz. Sean quienes sean los que están detrás de todo esto, déjennos tranquilos. Los pilotos, los periodistas, los doctores, los maestros… los GUATEMALTECOS, no tenemos por qué pagar sus rencillas políticas o ser simples cifras en su camino hacia el poder.
La violencia crece y el vaso continúa rebalsándose. ¿Hasta cuándo?
Es lamentable como ha ido decayendo nuestro pais, como cada dia, se observa mas violencia.
hola. Creo que lo positivo es pensar en eso, en qué vamos a hacer para que la impotencia no nos gane.
Estoy contigo. Algo hay que hacer. El vaso ya se rebalsó hace rato, ahora se está inundando la cocina. Hay que hacer algo porque si no, nos van a dejar sin país. Es irónico sentirnos tan impotentes, porque somos más.