Una amiga de una amiga le contó a mi prima que tenía una cuata que pasaba el día entero mandando mensajitos por el celular. El saldo no era suyo. Otra compañera disponía de cierta cantidad en su plan y tristemente no tenía con quien gastarlos porque todas estaban en su clase y no necesitaba textearlas. Tampoco tenía novio o un su “ayavas”º para gastarse los mensajitos en esa persona. Al menos, eso parecía.
Entonces, Jime vio la oportunidad de su vida para comunicarse con su novio Fausto. Acababan de empezar a salir juntos y platicaban sin parar.
Así pasaron las semanas y ella mandaba sms escondida detrás de la librera, a la hora de recreo, en el baño, en la biblioteca. Los poemas de 140 caracteres jurando amor eterno eran el pan de cada día.
Hasta que llegó el momento en el que la tecnología le jugaría una bromita. Fausto terminó la relación por la misma vía. Un escueto mensaje llegó a la bandeja de entrada y le indicaba que “ya no estaban funcionando las cosas, que mejor fueran amigos y de paso, que tenga feliz día “.
Toda la promoción se enteró del corte y claro, las muestras de solidaridad para Jime no se hicieron esperar. Fausto pasó a la historia y a ser odiado por la mayoría de graduandas.
Casos como el que mi prima me compartió, son parte del día a día. La tecnología invade cada vez más nuestro espacio personal.
¿No les ha pasado que están en el elevador, en el cine, en el baño de la oficina o viendo una película en la casa de alguien, y de repente suena el celular y como indica la lógica, el dueño contesta? Así, les toca hacer un alto en sus actividades para enterarse del último chisme, de los planes para hoy por la noche… No hay vuelta atrás, no puedes regresar la película para escuchar el diálogo y comprender el punto clave de toda la trama. Encima, tieness que demostrar paciencia porque si le dices algo, eres tachado de anticuad@.
Pero, será cierto que hay que dejar pasar esos actos como algo normal y cotidiano. ¿Está bien que “caerle” a alguien o “cortar” pueda ser hecho a través de un simple mensajito?
¿Es necesario mandar sms a medianoche sin ponerse a pensar si el destinatario está durmiendo u ocupado? ¿Acaso colocar el teléfono sobre la mesa cuando estamos en un restaurante es porque el aparato también tomará el postre?
¿Quién no ha pecado de irrespetuoso usando su móvil?. Así como hay normas que regulan el comportamiento en el trabajo, la etiqueta al vestir, también las hay para utilizar el celular. En realidad, la Textiqueta se basa en el sentido común. Ayuda a no dejarse hipnotizar por la tecnología y, de paso no incomodar a alguien más cuando vociferamos a gritos: “Qué putas vos!”. O interrumpimos una cita para textearle a la mejor amiga cómo van las cosas…
- En restaurantes. Nunca coloques el celular sobre la mesa. Mandar mensajes de texto durante una comida es decirle a tus acompañantes que no son tan importantes o interesantes como la persona del otro lado de la línea. Si es absolutamente necesario, excúsate de la mesa y manda tu sms en otro lugar. Katie Lee Joel, autora de The Comfort table.
- En vez de una llamada. Si alguien te llama, deberías de llamarlo de regreso en vez de enviar un mensajito. La única excepción es cuando ese alguien es de mucha confianza y la pregunta requiere un sí o un no. Maria Menounos, corresponsal de Access Hollywood.
- Al grano. Demasiadas abreviaciones de texto en un mensajito son molestas, no LOL divertido. Lisa Sugar, editora en jefe de Sugar Publishing.
- Sin sentimientos. Terminar una relación por mensajito, despedir a un empleado o aclarar una situación personal requiere demasiada responsabilidad para relegarla en el aparato. Retoma el contacto humano y recuerda que estas jugando con los sentimientos del remitente si te escondes detrás de los caracteres del sms. www.esmas.com
- Todos de un solo. A menos que sea una ocasión única, como el nacimiento de un bebé o un grito desesperado de auxilio, mandar mensajes masivos impersonales a varios a la vez es inapropiado. No lo digo yo, lo dice Biz Stone, co fundador de Twitter.
- Privacidad. Respeta el área común. Evita extender tus conversaciones en elevadores, museos, cines, teatros u otros lugares concurridos. Imponer tu plática a las personas que comparten ese espacio puede ser molesto. www.esmas.com
- Ups! Si enviaste un mensajito guapachoso y cariñoso a la persona equivocada, no trates de cubrir tu error o cambiar la situación a tu favor. Pide una disculpa sencilla y sigue adelante. No te martirices y asume la vergüenza. Después de todo, cualquiera puede tener un resbalón digital. Heather Cabot, editora web de Yahoo.
º”Ayavas” Término aprendido en los cafecitos de Brenda… 🙂
Hey David… Pues pa q veas la eficiencia jajaja super investigado el post 😛
Yo también espero aplicar los tips y ser una mejor persona jeje 🙂
Un abrazo
Soluciones y Servicios,
Hola! Lo siento por las dos relaciones anteriores, igual y es de doble vía no? Poner ambos de su parte…
Espero que te sirvan los tips y que muy pronto ande por Guate un ciudadano/ser social normal hecho y derecho,
Saludos!
Hola, creo que nos hemos olvidado de la cotesía, ayer precisamente le hablaba a mis hijos sobre no usar el celular (enviar mensajitos) cuando estamos en la mesa o es deber de nosotros como padres enseñar desde ya a nuestros hijos que la tecnología es buena pero no hay nada como poder tomar un café y sostener una charla amena.
Pues te voy a ser honesto, yo he sido un poco descortés verdad =? jaja la verdad yo mando el mensaje media vez tengo un tiempecito, en mis relaciones creo que lo mejor es hablar en persona aunque te confieso que mis ultimas 2 relaciones murieron en mensajitos quizas porque las chicas tampoco ponian de su parte… jeje que maluco verdad? prometo ser más cortés para cumplir con honor y responsabilidad de ciudadano y ser social normal… saludos Lu….!!!!
Hola vos. A qué hora te dio tiempo de investigar esto?
Está bonito, espero lo pongás en práctica… eh!
Hola Claudia,
Qué coincidencia que le hablaras a tus hijos sobre el tema. Creo que tiene que ver con la educación que cada uno reciba y a adaptarnos a convivir con la tecnología. Ya crecimos con ella y por eso a veces no podemos controlar ese impulso de contestar el mensajito cuando estamos con alguien más, ya sea a la mesa, en el cine, etc. Me incluyo porque también he pecado de descortés al celular,
Saludos!