Si ahora está en facebook, es oficial.
En estos días en los que podemos conectarnos con tan sólo un click desde el teléfono o cualquier dispositivo movil. En tardes de ocio invertidas en visitar los muros de decenas de contactos feisbukeanos o en basar una agenda de fin de semana según los eventos sociales de las redes. En este contexto me pregunto:
¿Cuán importantes se han vuelto las redes sociales que para validar una relación es necesario actualizar el estado civil en FB y subir una foto? No sólo el aspecto sentimental tiene cabida, puesto que también han despedido a personas de su trabajo (saludos a Telediario) por actualizaciones de estado en FB o Twitter (Caso Jean Anleu).
Recuerdo que el 28 de diciembre del año pasado varios de mis contactos optaron por publicar que estaban en un relación o que habían terminado un noviazgo tormentoso. Luego llegaron los comentarios buenos o malos deseando suerte, felicidades u ofreciendo un hombro virtual para llorar las penas… Imagino que muchos sintieron burladas sus buenas intenciones cuando se dieron cuenta que habían caido por inocentes palomitas.
Confieso que no estoy exenta de haber actualizado mis opciones en el perfil personal. Antes de esa ocasión era partidaria de evitar publicar ciertos aspectos porque precisamente eran personales. Sin embargo, justo hace unas semanas acepté una curiosa solicitud que me pedía confirmar el estado civil. Lo que me sorprendió fueron los comentarios alusivos a la publicación en el muro: “Cuidado porque después es difícil borrar las fotos; Ala vos ahora sí es formal verda´ vos”… También hubo algunos “Me gusta” y “Buena suerte” que fueron agradecidos.
Eso me llevó a cuestionar cuál es ahora la nueva definición de formalidad en una relación. Al parecer ahora se debe añadir entre los requirimientos “Paso X: Actualice su estado en facebook”.
A este punto todos nos tomamos demasiado en serio este juego de red social en la que la información corre más rápido que un chisme en Guatemala. Nos enteramos de quien está con quien o quien se divorció y quien se cayó del árbol. Dónde quedó el contacto real con tus más de 100 amigos, de los cuales un reducido grupo conforma tu círculo cercano. Ese grupo que sí sabía desde el principio el ir y venir de tu vida. Ese que te acompañó en tu graduación, lloró contigo, se rió cuando dejaste de extrañar una ex pareja e incluso jugó de celestina para tu nueva relación sentimental…
El mes pasado leí un post de El Aguafiestas, titulado Los putazos facebookeanos, en el que admite que muy de vez en cuando actualiza su estado porque en su mayoría recibía mensajes venenosos. Claro. Cada uno es responsable de lo que coloca y para quienes lo coloca.
Pero luego vino la contradicción. Me gustó que actualizara su estado y vinculara las dos cuentas. Descubrí que para mi también era importante mantener un tipo de conexión feisbukera. Al final era y sigue siendo algo de a dos…
Saludos Lester y David…
Ana Rosa mucho gusto. Gracias por visitarme y muchas gracias por tus comentarios 🙂
el facebook es una especie de purgatorio virtual, al final de este siglo todos habran confesado sus culpas por lo menos con 500 amigos. saludos.
que miedo…
Hola ¡
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Un abrazo, gracias.
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