Cuentos, Opinión

A bailar el 2011

Las teclas suenan al ritmo de unas ideas que fluyen mientras el panameño Rubén Blades suena en el playlist junto a otras voces latinoamericanas. Todos los sábados empezarán con salsa cubana porque desde que estaba en el colegio, tenía muchas ganas de poder deslizarme como un trompo por la pista. En fiestas, kermesses o actos culturales observaba a otras personas bailando y envidiaba su elasticidad. La coordinación era impecable. Así que ahora decidí eliminar ese tópico en la lista de anhelos para convertirlo en realidad. Resulta que después de dos clases puedo decir que cada movimiento tiene su ciencia. No se trata de hacer pasos sin ton ni son. Hay un eje central, un punto fijo, conteos exactos y cientos de pasos por aprender. La instructora dijo el sábado pasado que siempre hay que ver hacia el frente. En cada sección del espejo encontrarás tu reflejo y es ahí a donde tienes que enfocar tu mirada. La postura recta y los hombros hacia atrás.

Este año eso es lo que haré. Veré hacia el frente porque aunque des cientos de enchufles (vueltas), en cada uno de los giros la mirada siempre debe regresar hacia delante. Claro que es difícil evitar distraernos con las piruetas de al lado. Sentir esa envidia normal porque los vecinos tienen algo que nosotros no. Ellos van con un ritmo distinto que no podemos alcanzar. Lo que a veces no comprendemos es que cada quien baila la canción con el estilo que desea.

No importa cuantas veces me enrede y pierda el hilo. Soy inmune a la vergüenza por ser una principiante. Todos. Absolutamente todos hemos estado en el nivel uno. Nadie nace con ningún manual instalado. Solo la práctica hace al maestro. Parece que es después de numerosas caídas que aprendemos a reconocer los lugares comunes. Esas secuencias erróneas que no nos llevarán a ningún lado. Muchas veces preferimos ignorar los tropiezos anteriores. Pensamos que no volveremos a caernos aunque repitamos la secuencia equivocada una y otra vez. Lo que cambia es la pista y la canción. Pero seguimos empeñados en darnos de frente con el mismo error.

Este año tengo una certeza. No quiero regresar a los ciclos torpes que se repiten como movimientos desafortunados. La falla en el sistema ha sido detectada y por eso será evadida. Frecuentar otros lugares y rodearme de nuevas personas, eso viene por añadidura.

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