Tétrico. Retorcido. Aserrín. Disecados. Oscuro. Perturbadora. Extrañamente fascinante…
Aún no puedo enlazar mis ideas para expresar la impresión que me causó encontrarme con la que considero, ser la Alicia que más se acerca a la excentricidad de Lewis y la que yo me había imaginado. Su rostro aparenta una inocencia que podría engañar a cualquiera. Incluso a un conejo disecado que cobra vida pero que poco a poco se va deshaciendo conforme corre para llegar a tiempo con la Reina de Corazones. Quizá también se esté muriendo…
En esta versión realizada en 1988 por Jan Svankmajer se encontrarán con un País de las Maravillas dentro de una casa bizarra, en la que los pasadizos hacia otros espacios están en unas gavetas sin fondo y elevadores extraños. Aquí los animales ya están muertos pero quizá no lo saben y deambulan dejando a su paso una estela de aserrín. Estos monstruos inquietantes cobran vida en el film con la técnica de animación stop-motion.
En vez de ver a una Alicia caricaturizada o una adolescente fingiendo ser la niña del cuento, Svankmajer escogió a una nena silenciosa y meditabunda. ¿Recuerdan cuando ella está llorando de la desesperación por no poder cruzar la puerta al jardín y de repente se encuentra en un enorme océano? Pues bueno, en la película hay un ratón que divisa la cabellera de Alicia y la toma por isla. Se instala en ella y con delicadeza se dispone a cenar, le recorta un mechón de cabello y luego enciende una fogata pequeña sobre la cabeza de la niña. Ese fue uno de mis momentos favoritos; porque después ella reacciona y con total naturalidad piensa: “Esto ya ha ido muy lejos”. Acto seguido sumerge la cabeza y el ratón huye temeroso hacia la otra esquina de la habitación.
La escena de la fiesta del té creo que fue un poco más prolongada de lo necesario. El Sombrerero es presentado como una marioneta a la que se le escurre el té y la liebre es un muñeco al que se le debe dar cuerda. Esa fue una de las partes que más nerviosa me puso y ansiosa también estaba. Los cambios de lugares son demasiados, cíclicos y parecen como loops de un disco rayado. Tenebroso. Agradecí cuando ella decidió dejar ese nonsense y abrir la puerta para luego encontrarse en una habitación con una oruga/calcetín que le ofrece un picaporte que tiene forma de hongo, para que pueda crecer o hacerse más pequeña. Cuando este personaje debe dormir empieza a zurcirse él mismo… De nuevo, creepy.
La película me puso de frente con un País de las Maravillas de la vida real pero surrealista a la vez. Enfrentarme con la imagen de la mantequilla en un reloj, un conejo disecado que camina, una Alicia que al hacerse más pequeña se convierte en muñeca de porcelana…
La gocé. Nerviosa, ansiosa, perturbada y todo. Pero me encantó. Una joya…
La versión está disponible en Youtube pero yo la vi junto con unos amigos en una proyección que formó parte del ciclo de Cine Especial del CCE del mes pasado. Hasta me tardé algunos días para escribir sobre ella porque simplemente todavía sigo algo inquieta…
Aunque no llegó mucha gente a la proyección sí creo que este tipo de ciclos de cine valen la pena y ahora estaré pendiente de la agenda este mes.
A continuación les dejo un video con un resumen muy bueno de la película… El soundtrack no es el original, pues se trata de un homenaje hecho por algún cibernauta…