Este será el primer post escrito desde una trinchera en la que se reciclan todo tipo de materiales para seguir en la lucha por la conservación ambiental. Tantos capítulos de Capitán Planeta vistos hace muchos años, finalmente tenían que calar en la personalidad, para entonces reforzar las convicciones que día con día defiendo en el campo de batalla.
A la adicción televisiva se le suman aquellas maestras que te quitaban puntos por no dejar la basura en su lugar, las campañas de reciclaje y pequeños detalles que a la larga influyeron en mis manías por reciclar, ahorrar agua y no arrojar basura en las calles, entre otras más.
Entre la debacle causada por la violencia y la política, también hay una tragedia irreparable que avanza silenciosamente cada día. A su paso va dejando ríos contaminados, especies extintas, temperaturas extremas, dependencia energética…
La avanzada ecológica se inaugura con el río El Molino, el cual recorre contrastantes puntos de la ciudad tales como Molino de las Flores, el Zapote, la Colonia San Jorge (zona 11), Las Charcas y La Comunidad (zona 10 de Mixco).
En algún punto de su recorrido, el río recibe descargas de aguas negras que contienen, entre otros contaminantes, tintes químicos con cromato. Este último puede ocasionar cáncer, envenenamiento y dañar la flora y fauna alrededor del río.
La telaraña de la contaminación se entreteje en todas las esferas sociales…
Quizá lo más revelador es la coloración con la que el río se presenta ante sus observadores, ya que es posible verle con tonos morados, rojos o negros, los cuales enmarcan los malos olores que emanan del afluente.
El Molino no es el único río contaminado. De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, como este caso hay otro 80% de ríos y lagos más que se han convertido en desagües de industrias, textileras, agricultura y de personas particulares.
Por lo pronto, el Ministerio Público iniciará una investigación para verificar la causa directa de la polución en El Molino y penalizar a la textilera que se haya conectado ilegalmente al río o que no cuente con un manejo adecuado de aguas negras.
La Municipalidad de Guatemala está al tanto del caso e investiga a una empresa que podría estar desechando tintes en el río.
Mientras tanto, hay otros afluentes más a los que nuestras miradas no han podido llegar y que seguirán siendo dañados, a menos que se fortalezcan los controles de supervisión sobre las empresas, así como los de protección a los recursos naturales.
Con información de Siglo 21
Fotografías: Erick Sor (1era) Paulo Raquec, Siglo 21 (2da)