La sonrisa es sustituída súbitamente por un grito ahogado en el temor,
las manos adquieren autonomía y tiemblan incesantemente mientras
las conversaciones pierden sentido y la mente viaja en el recuerdo
Unos cuantos segundos son suficientes para escapar involuntariamente hacia otra realidad…
La dimensión de la impotencia, la tierra de nadie… Ese lugar donde las Ak47 se burlan de las lágrimas nacidas del miedo…
La probabilidad en un millón, la Ley de Murphy… Como quiera que se llame ese breve instante donde la cadena de eventos desafortunados alcanza la rutina…
Voces que se repiten en el eco mental…
Alguien repite tu nombre una y otra vez, los teléfonos suenan continuamente y el mundo sigue su rotación continua sobre su mismo eje.
Una palmada en el hombro es el botón de regreso a esta dimensión… La realidad que se hace evidente en cada respiro, el cual es un fiel recordatorio de que estas con Vida… Una vida que cada vez se aleja de ese recuerdo, pero que a la vez, es una representación de la rutina surrealista que se repite a la orilla de este macondo ubicado en uno de esos países mal llamados tercermundistas.