Ahora que la prohibición de la comercialización de canchinflines continúa vigente, al menos hasta que la Corte de Constitucionalidad resuelva el amparo interpuesto por el Procurador de los derechos Humanos, quiero compartir el caso de Diego Javier Cuetos. Un niño por demás simpático y encantador con quien platiqué recientemente y que, por jugar un ratito, se quemó la pierna derecha con unos canchinflines…
Diego Javier Cuetos, de 12 años, nunca se imaginó que desobedecerle a su mamá para jugar furtivamente con “unos cuantos” silbadores, le cambiaría la vida, la noche del 25 de diciembre de 2005.
Diego relata que atesoró un paquete de cachinflines en el bolsillo derecho de su pantalón: “Encendí un volcancito con la mano, cuando de repente sentí que un silbador pasó rozando mi cuello; le pregunté a mi abuelo si me estaban tirando cachinflines, pero qué, si tenía el volcancito pegado al pantalón. Luego, empecé a correr porque los silbadores salían encendidos por todos lados. Me quemaron el muslo derecho y parte de la pierna izquierda”. Tras el incidente, calificado por su mamá, Silvia Patricia Peralta como una “tragedia familiar”, Diego estuvo internado durante tres meses en el Hospital Roosevelt.
En ese lapso, visitó 10 veces la sala de operaciones para que los cirujanos le colocaran injertos en la piel dañada y le hicieran tratamientos para sanarla.Actualmente, Diego asiste cada dos meses a las terapias de rehabilitación, sin saber cuándo terminarán. Para esta época de fin de año, en la que los juegos pirotécnicos se ponen de moda, el joven aprovecha para aconsejarle a todos los niños que no compren ni jueguen con cachinflines, “porque sentí un dolor como que si estuviera en el infierno, quemándome”.
Manos a la pólvora
Lourdes Santizo, encargada de la Clínica de Quemaduras Infantiles, del Hospital Roosevelt, indica que cualquier producto con pólvora es peligroso, porque todos los casos que han sido causa de quemaduras en menores, representan un 18% de los hechos tratados en la Clínica. Respecto a la resolución de la Corte Suprema de Justicia, Santizo comenta: “Es un error basado en la ignorancia que se tiene sobre las quemaduras provocadas por juegos pirotécnicos. El Congreso tiene que trabajar para que exista una Ley específica en la que se prohíba la venta de todos los productos con pólvora, tales como cohetes, silbadores, volcancitos, etcétera” (lea: Desempolvan iniciativa).
DESEMPOLVAN INICIATIVA
Como consecuencia de la determinación de la Corte Suprema de Justicia, de levantar la prohibición para la venta de silbadores, por el hemiciclo del Congreso circuló la iniciativa 3587, sobre reformas a la Ley de Especies Estancadas, presentada Gudy Rivera del PP. Ésta permaneció engavetada por casi un año y fue hasta ayer cuando se “desempolvó”, para que “se dictamine favorable y se apruebe antes de Navidad”. El Consejo Nacional de Personas con Discapacidad, alega que de no ser aprobada la Ley se corre el riesgo de aumentar las estadísticas de accidentes causantes de sordera, ceguera y quemaduras, por estos artefactos.
Lucía León, Siglo 21
Foto cortesía Clínica de Quemaduras Infantiles