Adios Cordal 1

Mientras peleo con la máquina para lograr instalarle un antivirus, me propongo distraerme al escribir estas cortas líneas. En realidad es la primera de 4 despedidas para mis cordales.
El viernes pasado me sometí a un proceso forsivoluntario (¿así se escribe?)en el que un dentista peleó contra mi muela para poder extraerla y luego dejarme con un incesante dolor durante todo el fin de semana.

Peleó con ella porque resulta que la señorita cordal estaba muy crecidita y por consiguiente, la extracción fue una tarea en la que, y lo cito:»me llevó la tristeza cortando la muela». Se tardó poco más de una hora, que la sentí eterna, para por fin expulsar por pedacitos, a esa invasora.
Luego pude relajarme durante el fin de semana, comiendo compotas, gelatinas y una que otra sopita. Además, fui testigo a las 2 de la madrugada de la misa de canonización de Santa María Eugenia de Jesús (pero de ella hablaré en otro post). Oh, sí, unos cuantos días viendo el mundo desde una cama no le hacen mal a nadie
Ahora solo queda esperar a que llegue el turno de la siguiente cordal.