Alicia camina por la calle navegando en un mar de basura.
No es la única caminando pero ella, al igual que los demás, se siente sola.
La soledad es permanente.
El resto de personas que vagan a su alrededor camina al compás de la indiferencia.
Limosneros harapientos. Señoras vestidas con lo más elegante que su pobreza les permite. Asesinos disfrazados de estudiantes. Ejecutivos que viajan ajenos a cualquier realidad alterna. Niños uniformados que usan zapatos desgastados por jugar fútbol a escondidas.Aquí no existe la diversión.
Las sonrisas cubren a la hipocresía.
El miedo desterró a la felicidad para darle su lugar a la tristeza.
Los actos diarios se convirtieron en consignas.
No hay nada que comprender.
La decadencia es el ingrediente principal en el país caótico y del desencanto.
Las paredes sucias son los fieles lienzos de los pandilleros.
Cualquier expresión creativa es aniquilada.
Prohibido pensar.Es inútil escapar.Todas las vías físicas fueron bloqueadas.
Algunos han realizado el escape mental porque esa salida no la controla el sistema.
Existe una llave para la puerta que conduce a un hermoso jardín.
Ella es la encargada de la llave.
Solo Alicia conoce cómo escapar de este país de las pesadillas.